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| Juegos de Niños - " Un poema marchito "
domingo, 30 de mayo de 2010 | 14:20 | 0COMMENTS
Estoy buscando el significado en el poema vacío de mi corazónCuando regresé, no quedaba nada allí 3:30pm es la hora del descanso, te dejan salir al patio trasero un rato con los demás pacientes, siempre me siento en los columpios para esperar a volver a mi habitación. Aki-chan ni anoche ni hoy ha aparecido, ¿Dónde estará Aki-chan? Seguramente con los angelitos, él merece ser uno. El rechinar del hierro acompaña mi triste canción. Últimamente, escucho una melodía muy cerca de mí, aunque no haya música yo siempre la escucho... incluso canto cuando la oigo. El tiempo pasa y el poema comienza a marchitarse como una flor La poesía debería seguir repitiéndose, no desvanecerse El aire es muy frio estos días, terminaré por resfriarme como la última vez... quizás si me resfrío y me meto a la bañera muera de hipotermia. Aunque Aki-chan no estaría feliz de que yo hiciera eso, terminaría por regañarme... Y no estoy loco, Aki-chan lo hace... el está conmigo, está cumpliendo su promesa de estar siempre juntos. Anhelo el pasado, Pero parece tan lejos Debería haber entendido, entonces ¿por qué todavía duele? A veces escucho cantar a Aki-chan por las noches en el pasillo, está triste... quisiera abrazarlo de verdad, el puede tocarme pero yo no puedo sentirlo, quisiera abrazarlo... - ¡Quiero a mi Aki-chan! ¿Cuánto tiempo seguirá resonando en mi corazón la inolvidable melodía que perdura en mis oídos? Su voz se hizo distante la ultima noche en que le vi, cuando la enfermera... o mejor dicho enfermero con apariencia de mujer; vino a mi habitación para darme medicina, Aki-chan sonaba triste - ‘Hasta que puedas alcanzarme... Lo estaré. Te amo' - susurré. La voz de Aki-chan se apagó desde entonces. ¿Ese fue el adiós definitivo? Nada ha cambiado desde esa vez Antes, te miraba Es divertido, ¿verdad? Aun sigo cantando, el columpio se mese conmigo... siempre rápido y muy alto... a veces me da miedo ir rápido, pienso que terminaré en el piso. Voy rápido, más rápido... el columpio rechina mientras me meso, llegué muy arriba y... - ¿Qué mier...? -el piso de tierra no es para nada cómodo. Di de cara contra el piso... - ¡Oye! ¿Estás bien? -un niño se acercó a mí, lo pude notar porque sus pies era lo único que veía, eran muy pequeños. Él fue el causante de tremendo susto y caída que me acabo de dar. - ¿te parece que estoy bien? - No, si estas aquí es porque no estás bien. - Que inteligente. -dije sarcásticamente. - Es enserio... ¿estás bien? -preguntó él, arrodillándose para levantarme. - Hm... -murmuré levantándome, no me gusta que me toque. - Ya... estoy bien, ¿conten...? -sentí un calor recorrerme el cuerpo, mis mejillas ardían. Frente a mi, estaba un chico hermoso. Un niño de no mas de 13 años... cara de muñeco y piel blanca, extrañamente teñido de rubio. - ¿Seguro? - su voz era dulce. - S-i... -respondí tartamudeando. Quedé hipnotizado con la belleza de ese niño. Él me sonrió y acomodó mi ropa para luego quitarle la tierra a mi cara. - Lo siento mucho... no era mi intención asustarte... solamente te estaba escuchando cantar... y... -sus mejillas se ruborizaron. - No sabía como acercarme a ti... - No importa... -mencione hechizado por aquella inocente divinidad delante de mí. Sonreí, o mejor dicho... traté de hacerlo, hace mucho que no lo hago. - ¿Qué... que estás haciendo? -el chico me miró asustado. - Estoy tratando de ser amable. - respondí entre dientes. Logrando la sonrisa... - Sabes... das un poco de miedo... - curvé una ceja. ¿Doy miedo? Mientras que en el ojo seguramente tenía un tic nervioso. - Aun así me gustas... - ¿Te... gusto? -el rubor seguramente cubría mis mejillas al igual que las de él. - Mucho gusto, me llamo Ryo... Puedes decirme Reita. -sonrió haciendo un gesto en forma de saludo. - Igualmente, soy Takanori, dime Ruki... -hablé mientras estrechaba su manos. El contacto con su piel... fue mi perdición. Era suave... y rosadita... nuestras mejillas se encendieron nuevamente. Que vergüenza, yo soy un viejo para este niño, y aun así tiene el valor de decirme que le gusto... - Esto... ya puedes soltarme la mano... -reí nerviosamente ¡Esto es muy bochornoso! - Lo siento... -lo solté de forma brusca, los nervios me atacan... necesito mi medicina. - Reita, tengo que irme... - ¿Eh? ¿Por qué? -fingió un puchero. ¡Oh dios! No puede ser... necesito salir corriendo... - Mi... medicina... irme... ahora... adiós... -salí corriendo de verdad, me encerré en mi cuarto hasta que Uruha llegó con mi medicina... Poco a poco, la distancia aumentó Hasta que estuviste fuera de mi alcance De todas formas, la soledad se esperaba Ese niño era realmente hermoso, me recuerda a Aki-chan cuando tenía 6 años... él era así cuando pequeño. Quizás vuelva a ver a Reita en el columpio... no hoy... tampoco mañana. Esperaré solo un poco hasta que Aki-chan vuelva y preguntarle si puedo ir con él. Entonces ¿qué estoy anhelando? No parece que conozca nada más - Aki-chan... Aki- chan... Aki-chan... -mis susurros son los únicos que se escuchan... Aki-chan no viene esta noche a cuidarme. Antes de darme cuenta de dónde estabas, volarías lejos Aki-chan entonces, se olvidó de mi... ¿para siempre? No quiero estar sin Aki-chan... yo amo a Aki-chan y yo vivo es por cumplir nuestra promesa... estar siempre juntos hasta volvernos pasita... aunque sea yo quien se ponga pasita... estaré siempre hasta alcanzar a Aki-chan. Me doy cuenta de que yo mismo, me siento impotente mirando hacia atrás Me veo consumido Por la mañana no quise salir al comedor, incluso Uruha fue a buscarme para ir... no quise hacerlo porque estaba esperando a Aki-chan apareciera... Tocaron a la puerta pero yo no quería levantarme... los sonidos cesaron y yo me hundí de nuevo en la almohada. Escuché mi nombre en un susurro... levanté mi mirada y di con la luz que se colaba por debajo de la puerta y una sombra... miré y vi los movimientos, luego un sobre pasó por debajo de la puerta... y pasos de gente correr por todo el corredor, me indicaron que quien sea que estuviese allí ya se fue. Me levanté y tomé el sobre... había un pequeño corazón sellando la carta. Olía muy bien... la tomé, la abrí y la leí despacio: No se puede evitar, a veces estarás triste Las lágrimas caerán Ni siquiera la poesía puede ocultar eso Y algunas veces serás incapaz de ayudar pero te sentirás mejor cuando escuches esas palabras Y con una sonrisa cantarás ese poema, entonces... La carta finalizaba allí... en un ‘entonces...' leí el reverso del papel... allí encerrado en un corazón, estaba mi nombre y el de ese niño Reita. Sonreí y lloré a la vez, coloqué de nuevo la carta en su sobre... y la metí por debajo de mi camisa... me arrimé a dormir... Temblaba violentamente siguió y siguió Hasta que me quedé sin aliento y finalmente cesó La pesadilla de todas las noches, esta vez fue diferente... Había un salvador en mis sueños, y extrañamente no era Aki-chan... Nada es igual que en ese momento No volveré a ser un corazón congelado cada día Espero poder en la mañana, responderle a ese niño... No volveré a ser un corazón congelado cada día... Aki-chan se fue, y me he quedado solito de nuevo... Si este niño llegó a mí, a llenar ese vacio que Aki-chan dejó... no le negaré la oportunidad. Desde que éramos niños, teníamos esos sueños en nosotros Un paso a la vez Todavía un paso a la vez - ¡Me siento muy feliz! -gritó él, cayendo de bruces al piso por tonto... - Tonto... -reí. - No me importa ¡Soy feliz! -dijo el levantándose del piso para acodarse la ropa y abrazarme. - ¿Aunque este mal? ¿Aunque seamos tan desiguales? -le pregunte correspondiendo el abrazo, aspirando el aroma de piel... - No importa... -me dijo separándose de mi... nuestros rostros quedaron muy cerca, y sin duda alguna... me besó. Me sorprendió, me ruboricé al igual que él... cerré los ojos por inercia y sostuve por un momento más el contacto entre nuestros labios. En silencio nos separamos, no había palabras que decir ahora... caminamos hasta los columpios... tomados de las manos. Juntos caminábamos hacia el mismo sueño lleno de color - ¿Por qué estás aquí Ruki-senpai? -se mecía en el columpio, mientras yo le veía sonreír al hacerlo. - Perdí a alguien especial para mi... se fue al cielo... -el se mecía mientras me escuchaba. Bajé mi mirada... - Aki-chan entonces se fue al cielo. - ¿Aki-chan? - Aki-chan fue mi primero amor... -las cadenas del columpio rechinaron con fuerza. - Él murió hace mucho... cuando yo tenía 16 años. Nunca me pude despedir del él como era debido... nadie me dijo que él había muerto. Me enteré cuando viene a Tokio a buscarlo... después de eso... llegué aquí. -Reita retomó el balanceo del columpio. No se puede evitar, a veces verás la angustia Apoyaremos nuestras debilidades Y creeremos en la humanidad - ¿Por qué estás tú Aquí? -el balaceo del columpio cesó nuevamente... - Yo no existo realmente... dicen que yo no tengo corazón. Que soy malo... por eso me encerraron aquí... Maté a mi propio hermano... con mis manos lo estrangulé. ¡Ja! Se lo merecía... -rió para luego retornar el paso... - Desde entonces lo veo en todas partes... no me dejaba tranquilo, pero hace días que no lo veo... eso me alegra. El día que te oí cantar, ese día desapareció... espero que no vuelva. - Aki-chan tampoco ha vuelto desde que te conocí... Quizás se fueron... - Seguramente... - . . . - ¡Oye no estés triste! - Animó- Si es por ese Aki-chan no te preocupes... Él no te ha olvidado... ¡debe ser que dios lo solicitó en el cielo y por eso no está contigo ahora! ¡Desde ahora yo te cuidaré! -lloré silenciosamente... Reita se bajó del columpio y me abrazó fuerte. Sólo tengo palabras torpes para decirlo, pero quiero estar aquí hasta que mi apagada voz se agote - Prometo hacerlo... pero, por favor... dame un espacio en tu corazón. Este niño es un amor de persona... Y yo soy la peor escoria... estaba pensando en usarlo como reemplazo... pero ¡No puedo hacerlo! - Por favor, deja que yo te enamore... Desde entonces, Reita ha sido una de las cosas más importantes para mí... y yo para él, también lo soy. Tal como el lo dijo ‘Deja que yo te enamore' cumplió. Detalles hermosos para conmigo, sorpresas y risas cada vez que nos encontrábamos... finalmente comprendí que yo no me enamoré por aquellos detalles que siempre me daba, comprendí que yo estaba enamorado de él desde la primera vez que lo vi... - ¡Por favor! - No... - Yo puedo resistirlo... - No puedes... aun eres muy pequeño... - Eso no me importa... tu nunca me harías daño. - Espera a que seas grande... quizás cuando tengas 15 - ¡Pero hoy es mi cumpleaños! - ¡Pero no son tus 15! - ¡Para eso falta mucho! - ¡Con más razón todavía! - ¡Yo quiero! - No debemos - Pero yo quiero... - . . . - ¡Ruki! - . . . - Ruu-chan... - . . . - Me atengo a las consecuencias, sé que está mal... pero aun así quiero hacerlo, y tú nunca me dañarías, eso lo sé, por eso quiero hacerlo. - . . . - Bien, te obligaré entonces... Reita era un mocoso caprichoso, una divinidad para mí. Y su más reciente capricho... era que y descubriera lo que su cuerpo puede resistir. Él tomó la iniciativa, yo solo le seguí, recordando parte por parte... las enseñanzas del desgraciado de mi hermano. Llevo tanto tiempo sin hacerlo... - Por favor, Ruki... enséñame lo que es placer. Enséñame a amar... - Reita... esto para mi, es como un juego de niños... - Eres un viejo... - . . . - ¡Te amo! -proseguí con mi tarea. Prenda por prenda, desaparecieron en algún lugar en la oscura habitación. Reita se había ido a la mía después de que las luces del pasillo se apagaran. Un pequeño delincuente... El mismo que ahora se retuerce sin poder respirar por yo le beso. El mismo que ahora está desnudo debajo de mí. El mismo que me escucha atentamente. El mismo que con suspiros me muestra que disfruta el contacto de su hermosa piel contra la mía. - Escucha con atención... "Ante cada caricia el cuerpo reacciona, Ante un rose intimo con otra piel, la piel se vuelve como de gallina. El cuerpo reacciona ante los estímulos de calor y eso es a lo que se le llama Placer" - Yo te enseñaré lo que es placer... Un gemido ahogado entre nuestras bocas, el compas de nuestras respiraciones, la magia del momento... ante cada caricia, repetí lo que alguna vez aprendí. - Aprendí, que cuando toco aquí. -presioné sus botones rosaditos con mi lengua, jugando alrededor de ellos.- Reacciona Aquí. -guié mi mano hasta su plano vientre. Reita se estremeció y comenzó a reír como loco. - Hace cosquillas... - Aprendí que cuando chupo aquí. -me dediqué a absorberlos un poco enseguida se pusieron duros. - Se eriza la piel. - Ruki... siento algo extraño. -mencionó con temor... - También que, cuando toco aquí... -guié mi mano más abajo hasta tocar su miembro, el soltó un gemidito. - Se le salen incoherencias al cuerpo. Se llaman gemidos. - Ruki... ¡necesito ir a baño! -ahora, no estaba del todo seguro que Reita aguantaría. - Aprendí también... -bajé hasta la altura de su vientre, entre besos y lamidas, me acomodé en medio de sus piernas.- Esas ganas que te dan, como las ganas de hacer pipi. - ¿Qué.. que... que haces allá abajo? -preguntó nervioso. Sonreí. - Se llaman orgasmos. Son reacciones del cuerpo. -con mi dedo, hice una figura imaginaria hasta llegar a su pequeño miembro. - Son el resultado de las carisias. - oh dios... -susurró tragando grueso. ¡Se ve tan mono así de nervioso! - Los orgasmos son olas de placer. Te hacen sentir en las nubes... -tomé su pene con mis dos manos y comencé a masajearlo. - ¡¿Qu..! - Y aunque me digas que me detenga, no voy a hacerlo. -metí en mi boca su pene y empecé a succionarlo fuerte. Quiero sentir que el lo disfruta. - ¡Ahm! De-dete...nte ¡Hm! -El sabor de la gloria corría por mis labios. El primer orgasmo que Reita tenía, era por mí... para mí... - ¿Estás seguro de querer continuar? - Aham... -respondió agitado. Lagrimas le recorrían el rostro, era hermoso aun así. Con mis dedos, recorrí el torso de Rei-chan, era tan blanco y tan suave. Una vez que llegué a sus labios, le hice lamer mis dedos... - Gritarás porque te va a doler, cuando quieras que me detenga... puedes decirlo. No hay apuros... Afirmó soltando mis dedos, su saliva escurría por sus labios. Abrí sus piernas y con suma delicadeza para no lastimarlo mucho... introduje el primer dedo. - Fuckign god, esto duele mucho... - Yo me pregunto... ¿Qué tipo de enseñanza habrá tenido este niño? - ¿Duele mucho? - Basta...Bastante... - Dolerá mucho más... -sonreí con malicia. - ¿Eh? - Es solamente el primero... - Auch... -el se movió incomodo, yo saqué mis dedos y le volteé para que me diese la espalda. Una nueva forma de lubricarle más rápido. Acomodé su traserito tan bello... a una altura adecuada para mi labor. Separé sus nalguitas hermosas y con mi lengua rosé su anus. Un grito de placer ahogado por una almohada fue la primera señal... el primer grito de placer. - ¡Ruki-senpai! Hágalo de nuevo... Repetí el proceso; lamer, humedecer, lubricar, penetrar y sacar. Mi lengua intrusa entró por ese agujerito, abriéndome camino y dejando suficiente saliva para pasar sin problemas. Reita tiene el cuerpo muy pequeño... solamente tiene 13 años. Tomé mi masculinidad y poco a poco la introduje dentro de Reita. Una llama interna se encendió en mí. Reita se volteó hasta quedarnos frente a frente. Estaba llorando, incluso moquitos tenía... - Lo siento Ruki-senpai... soy un débil. - se restregaba las lagrimas, eso le hacía ver más tierno. - Te amo Reita... -la primera embestida y aquella grata sensación recorrió mi cuerpo. Un desenfrenado vaivén de nuestros cuerpos nos llevó a tocar el cielo en cuestión de minutos... Esa noche encontré mi nueva razón de vivir. Era un precioso niño con cabello oxigenado, actitud de ‘yo todo lo puedo' y mente de pollo. Aun así... no me cansaré de decirle esa frase que nunca pensé repetirle a alguien más que no fue a Aki-chan. - Ahora, me dirás ¿Qué es lo que le sigue al poema? - nuevamente en aquel columpio. Donde me llevé el susto de mi vida, donde nos dimos nuestro primer beso, donde siempre nos veíamos para escapar de este mundo. - Hm... Se llama ‘Poema Marchito' -dijo viendo al cielo. Dice: No se puede evitar, a veces estarás triste Las lágrimas caerán Ni siquiera la poesía puede ocultar eso Y algunas veces serás incapaz de ayudar pero te sentirás mejor cuando escuches esas palabras Y con una sonrisa cantarás ese poema, entonces... - ¿Entonces? -pregunté curioso. - Quiero estar aquí hasta que mi apagada voz se agote... -sonrió para mi. El final del poema... - Hasta que mí apagada voz se agote... -repetí la última frase... Estaré contigo Reita, hasta que mi apagada voz se agote. ...FIN ___________ Cursiva Letra de Kare Uta en español. |