Aki-chan y yo, desde aquella vez siempre jugamos a Papá y Mamá. Mi hermano a pesar de que nos vio no dijo nada, o eso creo.



Bueno, como seguía contando... ¡Aki-chan ahora es mío! Nosotros hicimos una promesa para toda la vida... ¡Estar siempre juntos!



No quiero separarme de Aki-chan, los sábados cuando le toca irse a su casa... siempre lloro, porque no lo podré ver el domingo.



Este viernes será un día triste, Aki-chan no se quedará a dormir conmigo... Buuu. Su mamá vendrá a buscarlo para ir a comprar ropa, y no tendremos tiempo para jugar.



- ¡Aki-chan! ¡Aki-chan! ¡Por favor! Déjame hacerlo...

- No, es muy estúpido... ¡Es muy de maricas!

- Pero así lo hacen en la Televisión.

- Pero es muy estúpido... No quiero hacerlo.

- Solo una vez ¡Por favor!

- Bueno, está bien...

- ¡Si! -saqué de mi mesita de noche una cajita de bombones.



Hoy Aki-chan está cumpliendo 14 años... llevamos mucho tiempo juntos. Y me alegra mucho estar con él, aunque no podamos hacer las cosas que hace la gente mayor en público... nosotros siempre vamos tomados de la mano al colegio y cuando volvemos, él siempre me besa cuando se despide. ¡Me gusta mucho!



- ¿Bom...bombones? ¿¡Para mí!? Taka... -su voz se quebró deprende... sus ojitos se pusieron aguados tenía ganas de llorar.

- Los compré con el dinero de mi mesada, me costó un poco reunirlos... pero los pude comprar solo para ti. -le sonreí le tendí la cajita. - ¡Feliz cumpleaños Aki-chan!

- ¡Taka! ¡Gracias! -tomó la cajita y la abrió con cuidado. Sé que le gustan mucho los bombones que tienen galleta y cremita de avellana.

- Son los que te gustan...

- ¡Que rico! Hmmm... -el primer bombón en caer fue el de galleta con crema de avellanas. Le quedó chocolate en el labio... ¡Al ataque!

- Hmm... el chocolate sabe mejor cuando a estado en tu boca.

- Taka ¡Pervertido!



Escuché la voz de la mamá de Aki-chan abajo. No... ya se tiene que ir ¡Bu! Un ultimo besito por favor... quiero un poco más de Aki-chan. Sin pensarlo mucho... le besé, he aprendido a besar de tanto hacerlo con Aki-chan.



- ¡Akira! Tu madre vino por ti. -esa es mamá. Aki-chan ya se va...

- Hm... Aki te quiero mucho. Feliz cumpleaños. -separé de apoco mis labios de él, contra mi voluntad por supuesto.

- Me..Me tengo que ir... Yo... Taka-chan...

- Akira ¡Te estoy esperando! -esa era la madre de Aki-chan.

- Corre... el lunes me dices. -le empujé y le hice correr...



Aki-chan, es muy tímido... me cuesta sacarle palabras bonitas.



- ¡Takanori! Voy a salir... Hijo te traeré algo cuando vuelva. ¡Cuida la casa como un hombrecito!

- ¡Si! -le grité desde mi habitación.



Corrí a cerrar la puerta con seguro. Cada vez que mamá sale, mi hermano entra en mi habitación... No quiero que venga, siempre me hace daño. No quiero que me golpee... no quiero...

La puerta principal se cerró, mamá junto con la mamá de Aki-chan y él... se van... quedo yo solito. Me acerco a la ventana a verle partir... quisiera que volteara para despedirme otra vez...



- ¡Taka-chan! -mi hermano toca mi puerta, no quiero salir. Me va a golpear...

- ¡Aléjate Masahito! -tranqué la puerta con una silla. No podrá pasar.

- ¡Takanori abre la maldita puerta! -patea mi puerta. Quizás no resista mucho la madera.

- ¡Vete!

- ¡Takanori es una orden! ¡Abre la puta puerta antes de que la tire! ¿Quieres que te golpee como la última vez?

- ¡Vete! ¡le diré a mi mamá! -Mi ojitos comienzan a llorar. Me va a golpear.

- ¡Abre la puerta! -la puerta cedió. ¡No! Corrí al baño a encerrarme.

- ¿A donde crees que vas? - me tomó del cabello, me duele...

- No... Onii-chan me duele...

- Te dije que abrieras la puerta... -su mano queda marcada en mi mejilla. Me duele mucho...

- No Onii-chan no me pegues...

- Vamos, súbete a la cama... -me suelta del cabello. Intento escapar, pero el siempre me alcanza...

- ¡No quiero! ¡No quiero!

- Será peor si te resistes... Mi hermanito menor es un gran puto. -El cinturón de su pantalón sale volando... me va a pegar.

- ¡Ahhh! No... me duele... por... por favor no me pegues... -trato de proteger mi cuerpo con mis manos, si le digo que se detenga... más me pega.

- Súbete a la cama y quítate la ropa... -Tengo que obedecer... sino me va a pegar más. No quiero...

- Onii-chan... no quiero.

- Date la vuelta. - Obedezco, pero yo no quiero... me va romper...me va a doler... Aki-chan... ayúdame...



Aunque yo me niegue, él siempre lo hace... me golpea, me deja sangrando y luego se va. ¡Lo odio! ¡Lo odio!



- ¡Ojala te mueras Masahito!

- Ahhh... yo también te amo hermanito...

- Ojala... te mueras... te odio... -siento asco cada vez que me toca, es frio... no me gusta... ¡Aki-chan Ayúdame!



Es asquerosa la forma en la quedo después... Solo me queda llorar, porque no puedo decirle a mamá... él me dijo que si decía algo, iría por Aki-chan y le haría lo mismo...

Aunque grite, aunque llore, aunque patalee, aunque suplique... no se detiene hasta hacerme sangrar...No se detiene hasta ver que me destruí, No se detiene hasta ver que no hay más lagrimas que derramar.

La tortura siempre termina después de que me golpea y se va.



- Aki... Aki-chan...



Apenas me puedo levantar, me duele mucho... ¿Aki-chan donde estás?

De arrastras por el piso puedo llegar al baño, a quitarme la saliva y todas aquella cochinada que al animal de ‘mi hermano' le da por dejarme...

Las marcas no se le hicieron suficientes, ahora hasta no dejarme sangrando no se conforma... y lo peor, es que no puedo decir nada.



El agua corre, la sangre, las lagrimas y mi dolor aun queda... ¿Acaso hice algo malo para que me trate así?



Ya es de noche, mamá no ha regresado... Mi hermano toca mi puerta otra vez... Saltaré por la ventana...

Tomé algo de dinero, algo de ropa... me iré a donde Aki-chan.



- ¡Taka-hip-yori! Abe la peta... -Masahito está borracho. ¡Ojala caiga en coma Etílico!



Salté por la ventana de mi cuarto, casi muero del miedo cuando caí... corrí a pesar del dolor, sino lo hacía Masahito vendría por mi.

Corrí por las calles, avenidas y vecindarios solos... era de noche y hacía mucho frio... corría y me caía muchas veces.

La casa de Aki-chan está cerca y yo no me voy a rendir. Corrí y llegué...



- ¡Aki-chan! ¡Aki-chan! ¡Ábreme la puerta!

- ¿Eh? Taka-chan ¿Qué haces aquí?

- ¡Aki! -no lo aguanté, me derrumbé apenas entré. Aki-chan me cargó y me llevo a su cuarto. Me duele mucho...

- Le diré a mi mamá que te quedarás hoy...

- No ¡Quédate conmigo! No me dejes solo...

- Es solo un momento... ya vuelvo.

- Aki...



Salir de sus brazos, me dio la señal de que algo andaba mal... ¿Aki-chan ya no me quiere?



- Mamá... Taka-chan está en mi cuarto, se va dar cuenta... y... -lo escuché llorar y mi corazón se rompió en pedacitos. - ¡Mamá no quiero irme!



Cajas regadas por todo el cuarto de Aki-chan, llamaron mi atención... lloré y lloré. Lo vi secarse las lágrimas cuando entró al cuarto.



- Dime que es mentira... Es una cruel mentira...

- Taka-chan... Mañana...Mañana nos mudaremos... - Mi pequeño mundo se redujo a uno microscópicamente vacio... - Mamá se va a trabajar a otra prefectura... yo...

- Akira... ¡No! ¡No puedes dejarme!

- Lo siento mucho... -lloramos como dos maricas... Aki-chan se iría... quedaré yo solito...

- ¡Yo no puedo vivir sin ti! ¡Tú lo sabes!

- Lo sé, pero mi mamá es quien decide en mi vida... Lo siento...

- Akira... ¡Te odio! -lo empuje y lo pateé, le grité que lo odiaba... pero él más me abrazaba.



No lo odio... yo lo quiero... no... no lo quiero, Yo lo amo. Así con mi corazoncito cursi...



- ¿Te irás mañana?

- Si, la mudanza vendrá mañana temprano...

- ¿Tu me amas Aki-chan? -pude escuchar los latidos de su corazón mientras me abrazaba.

- Mucho... no sabes cuanto... ¿Tu a mi?

- Mucho más... -me aferré a su espalda, no quiero dejarlo ir... Se va a olvidar de mí.

- Te escribiré todas las semanas...

- Me olvidarás con el tiempo... lo sé.

- No es cierto ¡Yo te amo! Y nunca podría olvidarte...

- Aki... por favor, no te vayas a olvidar de mí.

- Tú tampoco lo hagas de mí...

- Nunca núnca...



Esa noche... hice lo que me dictó mi corazón vuelto trizas, esa noche dejé que Aki-chan grabara en mi cuerpo su nombre... dejé que me explorara... marcó cada rincón con besitos, ayudó a sanar mis heridas y sin darse cuenta abrió otra invisible muy dentro de mi.



En la mañana mi mamá me fue a buscar, me despedí de Aki-chan... y le recordé nuestra promesa de buscarnos cuando seamos grandes. De vivir juntos y de tener un perrito. Me derrumbé...



- / -



El tiempo pasó muy rápido... Aki-chan me escribía cada semana, pero... con sus estudios, dejó de hacerlo todas las semanas... una cada quince días, una cada vez al mes... después, simplemente no llegaron.



Cumplí 16 años, y Aki-chan no me escribió... lo sabía... se olvidó de mí. Pero, yo no lo he hecho de él...

Todas las noches le pido a dios que le cuide, que me cuide y que mi hermano se vaya al infierno de una vez... desde que Aki-chan se fue, él no paró de golpearme y de ensuciarme... hasta que yo me harté...

Me harté de todos, de todo... solo quiero estar con Aki-chan... Me pregunto si seguirá igual de lindo... quiero que me abrece, quiero estar con él.





Una noche, después de la golpiza de Byo como ahora se hace llamar... yo escapé de casa... le robé la alcancía a Byo, rompí la mía... tomé mi ropa y me fui.

Iré a buscar a Aki-chan a Tokio... No quiero estar solo.



...Por favor, Aki-chan espérame...






















Centro Clínico de Rehabilitación Psiquiátrica, Prefectura de Tokio

Paciente: Takanori Matsumoto 25 años.





"Los muertos siempre están con sus seres queridos"



- Aki-chan, anoche tuve una pesadilla... por favor... abrázame muy fuerte...

- ¿cómo cuando éramos niños?

- Por favor no me sueltes...

- Quisiera ser niño de nuevo. Para jugar como siempre lo hacíamos...

- Prométeme que siempre estarás conmigo...

- Hasta que puedas alcanzarme... Lo estaré.

- ¡Taka-chan! Es hora de su medicina... -indicó la enfermera de guardia.





Cuando volví a Tokio, solamente me encontré con una lapida... Akira Suzuki inscrita en letras grandes y profundas... Aki-chan se fue... Y con él se fue mi cordura, mi vida y ahora ya no queda nada...



- Aki-chan... -la enfermera aplicó la medicina, retirándose del lugar... cerrando las puertas detrás de sí.



La figura de dos personas abrazadas era el reflejo perfecto en aquella ventanita de cristal, aunque sea una sola persona la que este en la habitación...

Podía verse el reflejo de un chico, alto... cabellos oscuros, abrazado al cuerpo durmiente de aquella persona con apariencia de niño...



"Porque los muertos siempre están con sus seres queridos"